UNA FINESTRA OBERTA AL MÓN

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(c) Gallel Abogados

domingo, 10 de noviembre de 2024

MÚSICA Y DERECHO (XXXI)

 

AFTER THE FLOOD

Lo que fue el barranc de Torrent a su paso por Paiporta

Ya tuvimos ocasión de hablar de qué sucedía antes de la inundación, con el recurso a BEFORE THE FLOOD de Bob Dylan; hoy, desgraciadamente, toca hablar de lo que sucede después de la inundación, después del diluvio.

Hace unos 3.000 años: El mito de Noé, el único hombre justo sobre la faz de la Tierra, nos lleva a algo que la tradición oral plasmó por escrito en el Génesis 6 a 8, momento en el que, según la narración, Yavé le ordena que coja una pareja de cada ser vivo, plantas incluidas, y los transporte en una nave o arca para salvarse de una lluvia que duró, siempre, según la narración, cuarenta días y cuarenta noches, a cuyo término, bajaron las aguas y se repobló la Tierra desde el monte Ararat, donde varó la embarcación.

Hace unos 2.100 años: La cloaca maxima fue construida allá por el siglo I antes de Cristo, de forma subterránea y tenía como función la de constituir una red de drenaje o eliminación de las aguas superficiales o subterráneas en áreas con exceso de agua. A día de hoy, parece ser que en España hay unos 470 «tanques de tormentas» que, parece ser que encuentran su antecedente remoto en la cloaca maxima de la antigua Roma.

Riada de 27 de septiembre de 1517: Al parecer, se data la misma como la mayor ocurrida en València, tras haber llovido los mismos 40 días del «diluvio universal». En total, parece ser que, hasta la de 1957, ha habido en València unas 25 riadas desde el siglo XIV.

La riuà: El 14 de octubre de 1957 iba en el vientre de mi madre, de mi Amparo, en cuya tarde-noche tenía que ir a comprar el pan con el que comer al día siguiente, con el agua por los tobillos, mientras mi padre estaba trabajando en Sagunt, a donde iba en bicicleta cayesen chuzos de punta. A tal efecto y dado que el horno de la esquina de la calle estaba inaccesible, no tenía otra opción que ir a comprarlo a otro horno -hace un mes fue derruido el edificio en cuya planta baja se encontraba- que distaba unos 200 metros de nuestra casa familiar, para lo cual tenía que elegir uno de los dos caminos posibles, uno por el que había que saltar una acequia cuyos márgenes no se podían ni ver ni tampoco se podían adivinar de memoria; el otro camino la llevaba a saltar la vieta o vía del tren València-Barcelona para luego, llegar a transitar por el Camí de Trànsits, sin arcén, por supuesto y lleno de camiones y demás vehículos, que hoy transitan por la AP-7. La casa de mis padres distaba unos 700 metros del antiguo cauce del río Túria y a unos 4 Km de su desembocadura. Todo era tierra de huerta. No se sabe ni se sabrá nunca cuántos muertos produjo la riada, a pesar de que se dijo unas 81 personas, no solo por el control de la información que daba el Franquismo, sino porque, además, en el cauce del río, hoy jardín, había innumerables chabolas con gente viviendo en ellas que, quizás darían tal número, pero habría que añadir las víctimas que hubo en todo el perímetro que forman todas las casas de la ribera hasta los escalones de la Lonja, hechos en el siglo XV, precisamente, para sortear las avenidas de agua en esa isla interior que arranca del ramal de Roters, baja por el carrer de la Bosseria, plaça del Mercat, para llegar a Barques (barri dels Pescadors), Alfons el Magnànim y Tetuà y, de aquí, nuevamente al río, por el que accedían las barcas para bajar o subir al o del río por la rampa todavía existente. Todavía pueden verse hoy en día los agujeros donde se insertaban las vigas de madera de estas chozas. Lo bien cierto es que, pensando solo en los habitantes de las chabolas, ya saldrían las 81 personas, a lo que habría que añadir a las zonas de la ribera. Toda la generación que vivimos sus consecuencias, la llevamos muy presente de forma traumática psicológica. ¿Cuál fue la solución a que en la ciudad de València no hubiera más inundaciones? El desvío del río -hoy jardín- a través del denominado «Plan Sur» que a la negativa de Franco a realizarlo a cargo de su Régimen le costó la dimisión del Alcalde y Jefe Local el Movimiento y Marqués del Túria, así como el enfrentamiento con el Alcalde y Jefe Local del Movimiento, que le sustituyó consiguiendo éste, como «solución», que todos los Valencianos financiásemos la construcción del cauce nuevo del Túria, a través de la creación de una tasa de Correos, añadiendo un sello de 25 céntimos de Peseta adicional al del timbre que correspondiese, por cada carta, tarjeta postal, certificado o envío postal cualquiera que fuese el servicio que Correos nos prestase. ¡Nadie nos dio nada!

La pantanà de Tous: El 20 de octubre de 1982, estaba esperando a mi esposa en la rotonda de la plaça de la Porta de la Mar mientras ella hacía una asistencia como Abogada del turno de oficio en el Juzgado de Guardia del Palau de Justícia. La lluvia caía a bots i barrals sobre la carrocería del Seat 600, con un estruendo que parecían piedras caídas sobre el cristal, que apenas dejaban oír las terribles noticias que daba la radio, único medio de comunicación en aquellos años, pues, ni Internet ni el teléfono móvil existían ni se les esperaba. Las noticias que llegaban eran que el embalse de Tous había reventado y el agua del Xúquer (el devastador en árabe) había vuelto a su cauce natural, reventando el cajero que transcurre por la arteria principal de Alzira (la isla en árabe, emparentada etimológicamente con Algeciras y al Yazira) que, no es otra cosa que una isla. El agua superó la altura de una planta baja y llegó a inundar los primeros pisos de las casas o, quizás, más. Otra isla que tenemos, a escasos 12 Km de València, es Silla -sa illa en Salat-, ubicada dentro del perímetro natural de la Albufera (la laguna o mar pequeño, en árabe) y cuyos márgenes de su istmo no se distinguen porque están cementados. Y, otra isla más encontramos en la Albufera, El Palmar, a la que todavía accedemos por su visible istmo ¿por qué gue estando visible? porque no se ha tocado la naturaleza y sus habitantes viven y trabajan de la misma y con la misma, con el cultivo del arroz, sin haber echado cemento como en las otras islas.

Pero, el daño natural, iniciado por el hecho de haber llovido en las zonas del interior, en las zonas montañosas, vino incrementado por la rotura de la presa, por la mala planificación o construcción, pero se multiplicó su incremento por el efecto que supuso la instalación de un «muro» que provocó la propia autopista AP-7, en la que no se habían ni proyectado, ni realizado, ni pensado, la instalación de aliviaderos; dicha autopista estaba y sigue estando hoy en día sobre el perímetro natural de la Albufera. Años más tarde, hará unos 10 años, con una lluvia bien simple, volvió a inundarse a la altura de Almussafes (la aduana en árabe) ubicada, también, sobre la Albufera. En esta ocasión (1982) se contabilizaron 40 fallecidos.

Septiembre de 2019: Desbordamiento del rio Clariano en Ontinyent, todas las casas de personas humildes que había en su ribera desaparecieron, se derribaron y, en su lugar, se creó un bosque de ribera.

La barrancà del Poll: El 29 de octubre de 2024 se producen los trágicos sucesos en los que, hasta hoy, se han perdido más de 200 vidas. ¿Por qué? Se indica que el origen de la barrancada se ubica en el río Magro/Magre cuyas aguas nutren el Xúquer y, por otro lado, por el barranco de Chiva que cambia de denominación por el de Torrent y a su llegada al mar por el de Catarroja y, entre medias, a la altura de la A-3, la rambla del Poll -del piojo en castellano-, rambla que mi padre, cada vez que pasábamos por la, entonces N-III la llamaba el barranc de la mort. No vamos a entrar en política, pues ayer en València, en orden a unas 200.000 personas protestaron por la deficiente gestión de la emergencia y en Alacant y en Elx, en menor número, también, reclamando, en suma, la dimisión del President de la Generalitat Valenciana. ¡Qué duro fue el día 29 de octubre de 2024 y, más aún, los siguientes! Nunca olvidaremos esta fecha, cuyos efectos perdurarán en nuestra memoria colectiva durante mucho tiempo entre nosotros los Valencianos, los que hemos pasado de ser romanos a andalusíes, de éstos a cristianos y, de aquí a colonizados, pues así es como nos vemos, como una colonia de la metrópolis a la que se llega en una hora y media para ir a la playa, tomar la paella y regresar en otra hora y media a aquélla y, aquí acaba todo interés y vuelve a suceder, dos milenios más tarde lo que sucedió en Sagunt mientras que en la metrópolis se discutía, Sagunt era destruida. Cada vez que veo cómo sucumbió el puente de Paiporta, el interior de sus calles, donde nacieron mi madre y mi abuela, en cuyo cauce del barranc de Torrent recuerdo que había un campo de fútbol con gradas allá por los años 70, me echo a llorar, nos echamos a llorar todos los Valencianos y todas las Valencianas.

¿Qué pasó? Echemos un vistazo al certero análisis que hace la BBC.

Por menos que esto, por este desorden y caos originado por quienes deben llevar el timón de la sociedad, en una empresa privada se es despedido, sin remisión alguna. ¡Falta de honra y dignidad! 

¡No aprenden ellos ni con las tragedias humanas!

¡Honor a las víctimas, damnificados y familiares!

Voy a decir algo muy simple, a lo que, según parece, solo alcanzamos a entender los que sufrimos las consecuencias de algunos ineptos en cuyas manos depositamos nuestro futuro a través de nuestro voto, o el que otros les dan ¡Tenemos que hacer caso, tanto a los científicos, como a los historiadores! A los primeros, porque nos advierten, no solo de las riadas, eso es muy simple de averiguar en el País Valencià cuando llega el Otoño, sino, por las consecuencias de desviar el curso natural de los accidentes geográficos, tanto en el interior como en la costa, donde, por ejemplo, en la ampliación del puerto de València realizada en los años 70 supuso la desaparición de playas tan bonitas como la de Natzaret-Benimar. A los segundos, pues tenemos que saber, conocer y entender por qué reciben los nombres que reciben los diversos accidentes geográficos y ciudades, como antes hemos expresado. Pero, ya sabemos, como dice Raimon. «Al meu país la pluja no sap ploure, o plou poc o poc massa...»

Nada puede aliviarnos a los Valencianos todo este dolor que, como colonia y, digo «colonia» porque estamos en el centro de las peleas partidistas entre los dos partidos políticos mayoritarios que estamos soportando año tras año y, cada vez, más agravado todo ello por el cambio climático, valga como ejemplo la existencia de tornados o mangas marinas frecuentes desde hace pocos años y que nunca se han visto en esta parte del Mediterráneo. 

Hay que dar las gracias, en primer lugar, a todos los voluntarios, vengan de donde vengan les consideraremos Valencianos, así como a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado (Ejercito, UME, Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local, etc,) y organismos de prevención de catástrofes (Bomberos, Protección Civil, SAMU, Médicos, etc.), organizaciones no gubernamentales (O.N.G.), y, por supuesto, a los Llauradors; al propio tiempo, que pedimos que se marchen todos los ineptos que desde esta colonia romana nos manipulan, de los que esperamos que ganen el festival de Eurovisión.

                                 No es Iwo Jima, sino Alfafar (L`Horta Sud)

Recuerdo que, allá por 1973 ya hablábamos en la escuela de la «polución» atmosférica sobre la que nos instruía el profesor de Química, a quien le dije que aquella reunión de Presidentes de los diversos Estados que concurrían a la cumbre, de nada serviría, me dijo de todo, pero, los tiempos demuestran que, seguimos en el mismo punto pero agravado a peor. También nos dijo que si se derritiesen los Polos el agua del mar llegaría hasta lo alto del Micalet.

No puedo, por más que traer a colación el disco del grupo Lighthouse Family titulado «Postcards from Heaven» o tarjetas postales enviadas desde el Cielo, pues, a día de hoy, ya no existen las tarjetas postales, ni escuchamos al Cielo (ejemplo de Noé), ni vemos el cielo para ver si va a llover, tan solo se hace caso a desinformadores que buscan los quince minutos de notoriedad de los que hablaba Andy Warhol o, más que quince minutos, esperan los quince millones de seguidores y de euros, dólares o bitcoins. Ésta es la letra de la canción, si bien preferimos escuchar «Raincloud» para ver si sabemos distinguir una nube de lluvia de las palabras de un desinformador.

If you never say goodbye
To the best things in your life
There are things you don't appreciate
At all
So it's best that you don't try
Holding back the tide
Are you ever gonna be
Quite satisfied?
Postcard from heaven
Go to where you belong
You'll never find the perfect situation
Until you know where you're from
If you ever say goodbye
No regrets, I won't ask why
And I'll wish you all the best luck
In the world
Should you ever change your mind
Oh bring back the sunshine
Are you ever gonna be
Quite satisfied?
Postcard from heaven
Go to where you belong
You'll never find the perfect situation
Until you know where you're from
Postcard from heaven
Go to where you belong
You'll never find the perfect situation
Until you know where you're from
Postcard from heaven
Go to where you belong
You'll never find the perfect situation
Until you know where you're from

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