LA LIBRERÍA
(Dir.: Isabel COIXET -2017-)
- La madurez de la dirección fílmica de Isabel COIXET nos va agradando cada vez más, de un lado, a través de la elección de novelas tan acertadas como la de Penelope FITZGERALD, "The bookshop", que nos reconvierte al cine magistralmente,
con un elenco de actores propio y adecuado al momento de su desarrollo, 1959, en la Gran Bretaña que se alzaba de las cenizas de la II Guerra Mundial, a través de sus miserias, la lucha de una mujer viuda de guerra frente a los potentados caciques de una pequeña población inglesa, Harborough.
- La admiración infantil sobre las librerías, le pone el empeño a la protagonista en abrir una en una casa abandonada, la denominada "old house", la casa vieja. Emily MORTIMER, la que recordamos con agrado por su protagonismo en "Match point" (Woody ALLEN, 2005), encarna el personaje de la ilusa librera que se enfrenta al "establishment", sola y que, a cuyo pesar, consigue levantar la librería con más éxito del esperado.
- Dos obras constituyen, a nuestro entender, las dos columnas que sostienen la idea argumental de la película, "Farenheit 451", de Ray BRADBURY, y "Lolita" de Vladimir NABOKOV, si bien, podríamos decir que, más que ésta, es el mito de Pigmalión, representado en el cine en películas como "My fair Lady", "Pretty woman", incluso "Dracula" y la misma "Lolita", siendo la piedra angular de ambas columnas Bill NIGHY ("The phantom of the opera" -1989- "Pirates of the Caribbean" -2006-), en una interpretación digna del clásico Expresionismo alemán que, en algunos momentos, nos recordó al adorable Drácula de Francis Ford COPPOLA ("Bram Stoker's Dracula" -1992-).
- La librera tan solo es derrotada por la "Ley", en el momento en el que, comoquiera que no puede ser vencida a través de la vehemencia epistolar de los Abogados de la cacique, adorablemente interpretada por Patricia CLARKSON ("Shutter Island", 2010 y "Vicky Cristina Barcelona", 2008) y la negligencia del propio Abogado de la librera, se consigue promulgar una Ley "ley de expropiación para la defensa del interés público", en claro conflicto de intereses por la que, hecha la misma, conlleva en su propio seno, la trampa, a través de la excepción de la excepción, lo cual, con una pequeña astucia fáctica, en claro engaño a la librera, se consigue entrar "hasta la cocina", cual "caballo de Troya", consiguiendo derrotar a la tenaz librera.
- Tan solo "Pigmalión" adivina claramente y así, reprocha, que la "Ley" se ha realizado de espaldas al pueblo, pues nadie les ha consultado, sino que se ha promulgado a través de los subterfugios propios, en este caso, del sistema parlamentario británico, en el que sólo un diputado, en este caso, el sobrino de la cacique, es elegido por el Distrito, lo que implica que todas las proposiciones de Ley son únicas y pasan por su tamiz. En su lucha por salvar la vida/obra de "Galatea", la librera, perece fatal e irremisiblemente.
- Las leyes. ¡Ay! Las "leyes". Qué bien se refleja en dos trazos la aplicación de la "ley", sirve para unos, pero no para otros. Apréciese en la escena de la escuela.
- Tan solo la inocencia de la narradora, consigue salvar la esencia de la librería aplicando los principios de Bradbury en su novela, esencia que, años más tarde, la harían reaparecer, de sus cenizas, cual "ave Fénix".
"Entre libros nadie puede sentirse nunca solo."
. Muy recomendable su visión. Os dejamos con el tráiler. Esperamos que os guste.
Dedicado a Mayte TORTOSA LASO, gran amante de las Librerías, los libros y la música.
Dedicado a Mayte TORTOSA LASO, gran amante de las Librerías, los libros y la música.
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