TWO RODE TOGETHER
(Dir.: John FORD (1961)
LA “DESAFFECTIO SOCIETATIS”
- - Seguimos con la serie dedicada al Cine y a la Mediación, esta vez, a la denominada Mediación Societaria, en cuanto planteamiento resolutorio de un conflicto entre miembros de una sociedad o, como ahora se quiere denominar, socios de una "start-up". En cualquier caso, y salvan sean las distancias, puede servir igualmente, respecto de la otra sociedad, la conyugal.
- - Según dicen los eruditos filólogos, la palabra “socio” procede, por su origen más remoto, del lenguaje “proto-indo-europeo”, significando “compañero” (sok-) o “a quien se sigue” (sek-), en cualquiera de las acepciones viene a mostrarnos la idea que nos lleva a aquella película de John FORD titulada “DOS CABALGAN JUNTOS”, en la que un tercero convence a James STEWART (sheriff) para que vaya junto con Richard WIDMARK (teniente) a negociar con los indios la devolución de ciertos blancos que los indios tenían cautivos; todo acaba peor de como estaba al principio: el sheriff deja de ser socio de la dueña del “saloon”, ésta encuentra otro socio cuando aquél la deja, los cautivos no quieren regresar a sus lugares de origen, ni siquiera, el hijo perdido, que se rebela violentamente contra quien se atribuye el carácter de su progenitor y hay asesinatos y demás hechos propios de los western.
- - Según dicen los eruditos filólogos, la palabra “socio” procede, por su origen más remoto, del lenguaje “proto-indo-europeo”, significando “compañero” (sok-) o “a quien se sigue” (sek-), en cualquiera de las acepciones viene a mostrarnos la idea que nos lleva a aquella película de John FORD titulada “DOS CABALGAN JUNTOS”, en la que un tercero convence a James STEWART (sheriff) para que vaya junto con Richard WIDMARK (teniente) a negociar con los indios la devolución de ciertos blancos que los indios tenían cautivos; todo acaba peor de como estaba al principio: el sheriff deja de ser socio de la dueña del “saloon”, ésta encuentra otro socio cuando aquél la deja, los cautivos no quieren regresar a sus lugares de origen, ni siquiera, el hijo perdido, que se rebela violentamente contra quien se atribuye el carácter de su progenitor y hay asesinatos y demás hechos propios de los western.
- - Nos falta, pues, determinar el significado de la
palabra affectio que, derivada de ad (hacia) más facere (hacer), nos habla de “moverse anímicamente hacia algo o
alguien”.
- - Así pues, nos encontraremos con un impulso que
nos lleva a estar o movernos al unísono con alguien o hacia la consecución de
alguna meta, común. ¿Qué hay en común, pues, entre todos los personajes, además
de la tragedia? ¿Cuál el motivo que les lleva a cabalgar juntos?
- - El sheriff
deja de percibir el diezmo que la regenta del saloon le paga, ésta, en su ausencia –rompiendo la promesa, como
hizo Penélope-, pacta con un tercero el diezmo sobre su negocio; aquél emprende
una “joint venture” con un teniente del
Regimiento de Caballería que sólo trae más desgracias a la colectividad para la
que dice trabajar, así como para la rival. Al final de toda la catarsis, no se
produce la purificación sanatoria, sino el erial apocalíptico.
- - ¿Qué fue lo que les llevó a todos estos
personajes cuasi-shakespearianos a “afeccionarse” y luego a “desafeccionarse”?
¿El hecho de ir cada uno por un lado? ¿El sheriff y la regenta del saloon? Por ir cada uno por su lado o,
mejor dicho, por abandonar el negocio (de seguridad) que prestaba a aquella.
¿Aquél y el teniente, su nuevo socio? Por errar en sus objetivos, no tanto por
su ideal, sino por la no previsión del cálculo de las consecuencias de sus
actos. Éstas son algunas de las situaciones que se plantean en cualquier tipo
de sociedad. En definitiva, la superación de una crisis, intra o extra societaria.
- - Éste es el día a día de las sociedades, civiles
y/o mercantiles, por no hablar de la sociedad conyugal.
- - ¿Cómo se acostumbra a superar las crisis societarias? Como en
la película,enfrentándose a los indios, a los “cautivos” que se rebelan contra
su pasado, batallando quijotescamente contra molinos de viento, no queriendo
ver nada más allá de lo que los ojos del caballo a cuya grupa van, les permite
ver.
- - Así pues, quedan destrozadas todas las
sociedades, su generación de riqueza y, lo que es más grave, la pérdida de
puestos de trabajo, familias enteras que perecen en la batalla entre los
“indios” y los “blancos”.
-- Nuestros Jueces de lo Mercantil están
sobre-saturados de actuar como auténticos "enterradores” de sociedades, los que
nos advierten diariamente en las audiencias previas a los Juicios o, en éstos,
incluso, de los acertijos que en la escena de los enterradores de “HAMLET”, uno de éstos le decía al otro cuando le preguntaba respecto de quién
construía más fuerte que un albañil, si un fabricante de barcos o un
carpintero, a lo que el otro enterrador, agotado por no acertar, el primero le
resolvía el acertijo de la siguiente manera: “No te rompas la cabeza acerca de eso. Eres un asno torpe que no mejora
su paso por más que lo apaleen. Cuando te hagan esta pregunta, responde: Un
constructor de tumbas. Pues las casas que él hace durarán hasta el día del
Juicio Final.”
- ¿Debemos, pues, agotar todos los métodos
heterocompositivos hasta que llegue el “día del Juicio Final”?
-- Bien es cierto que, cuanto más dura el proceso
judicial, más posibilidades tiene el “malo” de la película de ganar al “bueno”,
a más de que la Empresa, la Societas,
queda completamente destruida, las familias rotas, los trabajadores y sus
familias en el paro y la sociedad general entre la que nos movemos, se resiente
con el efecto “dominó” que produce tal perversa sistemática.
- - No se me malentienda por el amable lector, que
no estoy realizando un “juicio maniqueísta” respecto de los métodos
heterocompositivos, en absoluto, pues son necesarios, en cualquier caso y,
siempre, como “último” remedio, no como “único” remedio, cual es la sistemática
que sí critico.
- - ¿Cuáles son las soluciones, las pócimas mágicas
que remedien la situación? No existe píldora alguna que de forma automática lo
cure de manera automática, cual moneda inserta en máquina de refrescos. ¡En
absoluto! Aquí surge, debe surgir y debe romperse una lanza por un método, vía
o sistema que supere conflictos cainitas, que homologue la madurez mental en
los affectionati, en los socios, en
aquéllos que, partiendo de una affectio
común, quebraron la misma.
- - Esta madurez intelectual sólo puede partir de un
razonamiento introspectivo que le permita desterrar de su mente los
sentimientos negativos, como el odio, la envidia y demás que sólo
retroalimentan la sed destructiva del socio, sin darse cuenta de que su actuar
conlleva su propia autodestrucción cual escorpión clavándose su propio aguijón
al verse rodeado. Esta madurez debe llevar a un procedimiento que controle la
autocomposición, entendida como dos que reman en igual sentido (salvar la societas), si bien, cada uno a un lado
de la barca, la cual requerirá de un “director de carrera” que evite
“sobrecargas” que puedan hacer zozobrar la barca. Éste es y debe ser el
MEDIADOR mercantil.
- - La mejor definición que he encontrado de la
MEDIACIÓN ha sido la que el gran pianista de Jazz, Oscar PETERSON (1925-2007)
dio del siguiente modo “It’s the group
sound that’s important… you not only have to know your own instrument. You must know the others and how to back them up at all times. That’s
Jazz.”
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