UNA FINESTRA OBERTA AL MÓN

UNA FINESTRA OBERTA AL MÓN
(c) Gallel Abogados

miércoles, 2 de noviembre de 2022

TENDER PUENTES

 

(c) Gallel Abogados

Ayer hizo un año desde que mi querido y siempre bien amado hijo Pau tuvo que coger su carro alado, cual Elías, y subir a lo más alto, más arriba aún de donde estaba, desde donde está y desde donde estará incesantemente.

Durante este any de plor hemos podido comprobar y sentir, día a día, los valores humanos de solidaridad, cariño, amor, compañerismo, bondad, empatía, reconocimiento, ayuda y, tantos y tantos infinitos más de quienes siempre han compartido nuestra travesía vital hacia nuestra Ítaca particular o general. 

Hemos podido comprobar, también, que, desgraciadamente, el mítico Tánatos, el no violento, no solo separa a las personas, sino que, también las une, pues, donde había un puente roto, acudía a tenderlo de una orilla a la otra y, así, personas que se habían ido de nuestro círculo vital, regresaban al mismo, transmitiendo dichos valores humanos, junto con quienes nunca se habían ido. Pero, dicho puente reparado sólo podían atravesarlo los sinceros, aquéllos de corazones limpios, quienes, aunque se hubieren ido, habían decidido volver. 

¿Por qué tiene que haber muertes para que haya paz?

Por contra, los menos, los pocos, alguno, los no sinceros, aquéllos cuyos corazones nunca habían estado limpios, sino, blanqueados o aparentes, cuyo ego era más grande que su propio corazón y su cerebro juntos, quienes decidieron cruzar el puente también, pero sólo pudieron hacerlo siguiendo la flecha que marcaba el camino de salida y, al dejar de verles la máscara que tapaba su cara, la «phersu» etrusca, la «persona» latina, pudimos ver su verdadera faz, que no era otra, que la de su propio y sucio dorso visto.

No hemos de guardar rencor hacia nadie, no es un valor positivo humano, sino, todo lo contrario, agradecer, agradecer y agradecer. Cada cual elige su propio camino way in/way out y allá ocupará cada uno su lugar con todo merecimiento en este mundo; en el otro, chi lo sà?

Gracias a todos los amigos, amigas, compañeros, compañeras de cualquier clase y condición, deporte, trabajo, estudios, calle, tanto de nuestro hijo, como propio, así como a toda la familia, sin excepción alguna. A todos, sin excepción quienes habéis sido de mucha ayuda para él y para nosotros.

Mucha salud os deseamos.

 

 

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