UNA FINESTRA OBERTA AL MÓN

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(c) Gallel Abogados

miércoles, 31 de agosto de 2016

CINE Y DERECHO (X)

ANSICHTEN EINES CLOWNS
Dir.: Vojtech JASNY -1976-


- Asistimos apenados a leer la noticia del fallecimiento del navarro Josetxo MORENO (1954), codirector de la empresa distribuidora de cine "GOLEM", cuyo logotipo nos ponía color a las películas de mediados de los años 70, haciendo ver que existía cine más allá de  Hollywood, por no decir más allá del cine franquista o de los Pirineos. 
- Mucho tiempo ha pasado desde que Josetxo MORENO abrió ese tarro de las esencias europeas que representaron las películas europeas, en versión original y subtituladas y todavía seguimos viendo en los cines, sin calificativo, pues odio ponerlo, pues el hecho de ponerlo supone como si fuesen la excepción, cuando, realmente, es la norma, el deber ser.
- La elección del nombre "GOLEM", siempre llamó la atención por su inhabitualidad, representando, según la mitología judía, un ser colosal fabricado de materia inanimada (arcilla, barro) o materia prima, el cual se menciona en la Biblia, en el libro de los Salmos (capítulo 139, versículo 16), figura, cuya última creación, pues a lo largo del tiempo es re-creado, tuvo lugar para la defensa del ghetto de Varsovia, como expresión de santidad y sabiduría, sombra o mensajero de Dios, próximo al concepto de autómata, quizás un Deus ex machina en la simbología medieval cristiana.
- La presente entrada viene a ser, de un lado, un pequeño homenaje al culto empresario cultural, en su posible entronque jurídico con una de las obras más representativas que se encargó de distribuir en nuestros cines, cual es la de "OPINIONES DE UN PAYASO", basada en la novela que el escritor alemán Heinrich BÖLL publicó en 1963, que fue una de las diversas "biblias" del "Mayo francés" de 1968, así como de la "Pre-Democracia" española, considerada como "novela de culto" de la época.
- Vojtech JASNY llevó al cine la obra de Böll interpretada por Helmut GRIEM (en el papel de Hans SCHNIER) y la inestimable musa del cine alemán de la época, Hanna SCHYGULLA, (Marie DERKUM) entre otros, película que obtuvo la "Concha de Plata" en el Festival de San Sebastián de 1976.-
- Tras los ecos y consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y el Nazismo, Schnier, payaso de profesión, en total ruina, con su matrimonio acabado, cuya esposa le abandona por un católico hipócrita (ZÜPFNER), recapacita sobre su pasado, sobre la sociedad y el entorno que le han llevado a su actual situación de desesperación, a través de una serie de, también, desesperadas llamadas telefónicas. ¡Triste payaso!
- Un día, Sommerwild, otro ferviente católico, le llama por teléfono, manifestando ser otro payaso, discutiendo airadamente de lo divino y lo humano. Sommerwild le alaba a Schnier la cualidad de buen payaso, pero le espeta su profunda ignorancia teológica, ante lo que éste le reprocha del siguiente modo: "Entiendo lo suficiente para ver que ustedes, los católicos, ante un no creyente como yo, son tan inflexibles como los judíos frente a los cristianos, o los cristianos frente a los paganos. No oigo más que hablar de ley y de teología, y lo único que se discute es no sé qué documento que el Estado, el Estado precisamente, se encarga de extender."
- Ambos siguieron discutiendo acaloradamente sobre el concubinato, el matrimonio y el divorcio y sus diferencias: "No. No, la diferencia -dijo Soomerwild- es de Derecho Canónico. Besewitx hacía vida matrimonial con una mujer divorciada, con lo cual, de ningún modo hubiese podido casarse por la Iglesia, mientras que la señorita Derkum no estaba divorciada y, en su caso, nada se oponía al matrimonio. Yo estaba dispuesto a firmar -dijo Schnier- incluso a convertirme. Desdeñosamente dispuesto, en todo caso. ¿Debo fingir sentimientos, una fe que no poseo? Si usted se atiene al Derecho y a la ley, cosas puramente formales, ¿por qué me reprocha mi carencia de sentimientos?"
- "Pero no tiene usted noción, ni la menor noción, de lo que significan 'Derecho' y lo que es la 'Ley'. Esas cosas, por complicadas que puedan ser, requieren una norma" Dijo Sommerwild. A lo que Schnier respondió: "Sí. Algo sé de sus normas. Encajan a la naturaleza por una vía a la que llaman adulterio y, cuando se mete por la vía del matrimonio, ustedes se ponen a sentir miedo. Confesión, absolución, pecado, y así sucesivamente. Ésta es su norma."
- En otro pasaje, Schnier reflexiona del siguiente modo: "Cuando le pedí a Sommerwild que contase desde el púlpito la historieta del obispo con Besewitz, se enfadó. Cuando se trata del hombre y la mujer, desde el púlpito disparan sólo con su artillería pesada: Enrique Octavo. ¡Un reino por un matrimonio! ¡El Derecho! ¡La Ley! ¡El dogma!"
- "Marie -sabe ser muy obstinada en cuestiones religiosas- preguntaba continuamente por dónde pasaba la línea divisoria entre la caridad y la Ley... En las paredes no había más que carteles electorales. 'Deposita tu confianza en el SPD" "Vota por el CDU". Por lo visto, les interesaba el que los enfermos, que quizás desde sus habitaciones mirasen hacia las paredes, quedasen deprimidos con sus indescriptibles estupideces. 'Deposita tu confianza en el SPD' era francamente genial, casi literario, frente a la estupidez del que hizo imprimir sobre un cartel simplemente 'Vota por el CDU'..."
- Seguía reflexionando el payaso ¡triste payaso! "Ningún teólogo ha tenido nunca la idea de predicar sobre las manos de las mujeres en el Evangelio: Verónica, Magdalena, María y Marta; nada más que manos de mujeres en el Evangelio, que prodigaron caricias a Cristo. En lugar de esto, predican sobre leyes, normas disciplinarias, arte, Estado. Cristo sólo se ha relacionado, por así decirlo, privadamente, casi con mujeres nada más...."
- Las reflexivas y corrosivas opiniones del triste payaso, no representaban más que la plasmación de la verdad ante la Religión y el Derecho, ante un Estado y la participación de los ciudadanos en él, ante un estado de cosas, ante una sociedad con valores superficiales, tras cuya invisible máscara se protegían los valores fatuos, ocultando la verdad; por contra, las duras opiniones del "payaso" Schnier, desprovisto ya de su visible máscara (carnes tolendas) le permitían descubrir la verdad cruda y descarnada.

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