UNA FINESTRA OBERTA AL MÓN

UNA FINESTRA OBERTA AL MÓN
(c) Gallel Abogados

viernes, 12 de febrero de 2016

CINE Y DERECHO (VIII)

THE BIG SHORT
(Dir.: Adam McKAY -2015-)



- Película comercializada en España como "LA GRAN APUESTA", que se encuentra actualmente en cartelera, optando a los premios "OSCAR", cuyo director y coguionista es Adam McKAY, junto a Charles RANDOLPH y basado en el libro de Michael LEWIS. Adam McKAY, director de larga filmografía, es más conocido por haber dirigido el prestigioso programa televisivo "Saturday Night Live" entre los años 1995 y 2001. 
- El título hace referencia al "short-term", al corto plazo en la estrategia inversora, al que se le da el carácter de "big", gran, indicando el "gran corto"; por tanto, un "short" en términos financieros representa una inversión esperando comprar a bajo precio y vender más caro, esto es, lo que, comúnmente sabe hacer todo el mundo, pero antes, los inversores "en corto", venden primero los valores (con la confianza de que el valor bajará) confiando que, con su venta provocarán que baje más aún el precio, para, luego, comprar al límite bajo que se habían fijado y poder vender con mayor margen diferencial. Por el título, si un "corto" es una apuesta de que un valor disminuirá de valor para luego incrementarse notablemente, un "big short" es como el "big bang", como el "gran corto", la "gran apuesta", la "apuesta de apuestas". 
- Cuenta con un elenco de buenos actores, como Christian BALE, en el papel de Médico estrafalario, con un ojo de cristal, cuya carencia de sentido visual la compensa con un "ojo" mental que le lleva a augurar, años antes, la "burbuja económica", lo que le hace apostar grandes sumas de dinero al resultado de que ésta se produzca y así, no solo recuperaría lo apostado, sino que multiplicaría con creces su apuesta. Visto lo ocurrido, sabemos que ganará la apuesta, pero ¿ganará dinero?
- Steve CARELL representa el judío que, de niño, cuestionaba ante el rabino las contradicciones de la palabra divina; se convierte en el nudo gordiano de los personajes y que, casualmente, descubre el fraude que llevó a la "burbuja". Al final, apostando una y otra vez, llega a descubrir, paranoicamente, que estaba apostando contra sí mismo.
- Ryan GOSLING, interpreta a un asesor financiero de cierto Banco alemán que, cual sagaz depredador, juega de "poli bueno-poli malo" al mismo tiempo, husmeando el dinero a distancia y siempre, apostando a "blanco" y "negro" al mismo tiempo.
- John MAGARO y Finn WITTROCK, que interpretan a dos novatos que, en el sofá de su casa montan un Fondo de Inversión, ofreciendo "oportunidades" de adquisición de títulos-valor y pretendiendo subir como la espuma hasta poder llegar a la "mesa de contratación" de los grandes Fondos.
- Brad PITT: en el papel del asesor financiero bancario "hereje", reconvertido a la ética financiera, que se posiciona frente al poder económico, denunciando los abusos; sin embargo, sobre él se "montan" los personajes que interpretan Magaro y Wittrock para ascender en el escalafón financiero. ¿Lo consiguen? ¿Tarde? ¿Temprano?
- Pues bien, la película, entendemos, respetuosa con el libro en que se basa, hace realidad lo que han sido las consecuencias que tuvieron lugar tras la denominada "desregulación" del Mercado financiero en Estados Unidos de América, cuando en 1999, su Presidente Bill CLINTON derogó la Ley "Glass-Steagall" de 1933, que limitaba las actividades y las operaciones que pudiesen realizar los bancos, denominados "normales", de las que podían realizar los Bancos de inversión. Se abrió la "caja de Pandora" en un Mercado en el que en 1971 el Presidente americano Richard NIXON había suspendido la convertibilidad del Dólar americano al Patrón-oro. Todos estos antecedentes históricos o causales no es tratado en la película, centrada en el efecto y sus nefastas consecuencias económicas.
Grandes son las comparativas que simplifican el mare magnum de productos "tóxicos" que imperan en los mercados financieros, la mejor es la del chef que los compara con su receta de "estofado de marisco", o la "torre de Babel" que utiliza el avispado personaje que interpreta Ryan GOSLING ante los ojos atónitos, incluso de sus propios colaboradores, para explicar al sagaz y perspicaz personaje que interpreta Steve CARELL, la multiplicidad clases de préstamos hipotecarios existentes en razón a las calificaciones que las Agencias de calificación dan, prestas siempre a cualquier mejor calificación, contra mejor "puja" o pago de sus honorarios -soborno, puro y duro-. O, más simple todavía, cuando explican los C.D.O.(Obligaciones de deuda colateralizada o titulizaciones hipotecarias) "sintéticos", desplazándose a la mejor "cátedra" para explicarlos: un casino de LAS VEGAS, justo donde se halla la sede del Organismo Regulador correspondiente. Gran paradoja.
- Los swap llegan a presentarse entre los propios inversores, como productos "seguros" o "refugio", en los que los inversores o, mejor dicho, los apostantes, se refugian para tratar de paliar la pérdida que su anterior "apuesta" en otro producto financiero, les había deparado pérdidas millonarias.
- Es la "muerte del Comercio" tal y como lo conocemos históricamente desde sus inventores, los Fenicios. Ya, ningún objeto se intercambia, sólo se apuesta, en cascada, en cadena, se apuesta sobre apuesta y ésta sobre otra más. La "res mancipi" (de "res", cosa, objeto; mancipi, de "manu", mano y "capere", coger, o cosas que pueden cogerse con la mano) de los antiguos Romanos se convierte en única, el "alea", el azar como única mercancía transmisible. 
- El corto plazo, estratégicamente no debe darse a conocer (no debes descubrir tu carta). Los "inversores", apostantes, "juegan de farol" vendiendo a largo: "estoy convencido de que estos valores subirán...". 
- Es como el chiste aquél de la lata de sardinas que pasaba de mano en mano, incrementándose el precio al paso de una a otra y sin abrirla ninguno de los adquirentes, hasta que el más conservador, curioso o desconfiado, la abría y descubría que las sardinas estaban podridas, llamándole airadamente la atención a quien le vendió la manoseada lata, ante lo que éste, el último vendedor, jocosamente le manifestó que la lata era para venderla, no para comer las sardinas. Pura especulación fraudulenta.
- Dolorosa resulta la escena previa al desahucio de cierto inquilino cuando descubre que su dueño ha puesto el nombre de su perro como prestatario hipotecante de su vivienda y no está pagando el préstamo hipotecario. O la desértica visión de la urbanización totalmente construida y deshabitada; veamos el porqué en la película. Nos recuerda muchísimo a la situación en España en los mismos años, en la que se cruzó la crisis de las hipotecas "sub prime", de las que trata la película, con la Ley del Suelo (RDL 2/2008, de 20 de junio), por la que se liberalizaba el suelo.
- No aparece por toda la película, siquiera una mera referencia a la posible existencia de los denominados Compliance Officers (trataremos sobre el tema en próximas entradas), los que brillan por su ausencia.
- La Fotografía de la película es un constante primer plano con incesantes barridos que, dirigidos por Barry ACKROYD, nos hacen ver incrementada la rapidez con que se suceden los acontecimientos, el vértigo que nos producen los hechos, hasta llegar a causarnos el efecto nauseabundo de la perversión que la falta de ética de los hilos que dirigen nuestros destinos produce en nuestra mente.
- Gran película que, bien merece recibir un premio "OSCAR".
- Os dejamos con el trailer de esta gran película.

ACTUALIZACIÓN A 12.11.2022

- Como si de un «déjà vu» se tratase, la historia se repite una y otra vez de forma cíclica, tropezando una y otra vez más, en la misma piedra, sin aprender del pasado, de lo ocurrido, de la experiencia, de los baches del camino, que, de entrada, se rechazan.
- La Prensa en general, se hace cargo de la quiebra de FTX empresa líder en el mundo de las «criptomonedas», efecto de la caída de su fundador Sam BANKMAN-FRIED que, según los medios de comunicación, es el primer «disparo» en la casilla de salida para el «criptoinvierno» o «pinchazo» de una nueva «burbuja» económica.
- ¡En fin! Hasta la próxima.

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