UNA FINESTRA OBERTA AL MÓN

UNA FINESTRA OBERTA AL MÓN
(c) Gallel Abogados

sábado, 8 de junio de 2024

MÚSICA Y DERECHO (XXIX)

HALLELUJAH
(Leonard COHEN)

¿Por qué nos sentamos los Abogados a la derecha del Tribunal?

¡Bueno! En primer lugar, hay que aclarar la pregunta, pues ante el Tribunal los Abogados nos sentamos a la derecha los de los demandantes o de los querellantes, incluso el Fiscal, es decir los «Abogados buenos», mientras que a la izquierda se sientan los «Abogados malos», esto es, los de los demandados o los de los acusados, pero esto, es muy difícil de expresar en un título, por eso, nos hemos limitado a simplificarlo.

Aclarado esto y, siguiendo el principio tomista (de Tomás de Aquino) «causa causæ causa causatis est» (la causa de la causa es la causa de lo causado), hemos de comenzar trayendo la canción en la que se encuentra la causa remota que responde a la pregunta del título.

Todo empezó un atardecer en el que David, aquel rey que tocaba el arpa, se paseaba por el terrado de su casa, desde el que vio a una hermosa mujer bañándose (2 Samuel 11:2), era Betsabé (significando «la hija séptima»), la esposa de Urías (significando «la luz de Yavé»), el hitita, capitán del ejército de David. David no pudo resistir la tentación y yació con Betsabé. Tiempo después, cuando ésta le dijo que estaba encinta, al monarca no se le ocurrió otra cosa para hacerla su esposa y legitimar al nasciturus que enviar a su general Urías al frente de la batalla más reñida, en la que murió. 

Ésta es la historia que toma como fundamento la famosa y archiversioneada canción «Hallelujah» compuesta y cantada por Leonard COHEN, canción que, significando su título «alabad a Yavé», oímos en todas las bodas cristianas, pero, que en realidad narra los únicos pecados que cometió David, rey, a los ojos de Yavé, el adulterio y el homicidio, por eso, el hijo ilegítimo de aquel pecaminoso yacer no llegó a nacer.

Enviudada Betsabé dio a luz a un hijo de David que, como decimos, murió, tras lo cual y pasados los cuarenta días (cuarentena) del período de duelo y purificación, David hizo a  la bella Betsabé su esposa, una más de sus esposas, con la que, más tarde, engendró a Salomón (שְׁלֹמֹה -léase «shlomó»), hijo legítimo, pues, de ambos y llamado así por su significado en Hebreo: la paz, el bienestar o la salud de él (de David), esto es, el hijo que David tuvo en paz, bienestar o salud con Betsabé. 

Salomón, a la muerte de su padre David, rey, había de pugnar por la sucesión en el trono de Israel y Judá junto con sus innumerables hermanos, hijos de las innumerables esposas de David y, entre otros y, por todos, con Adonías (significando «mi señor es Yavé»), hijo de Haguit, otra de las esposas de David. Adonías acudió a Betsabé, hija de Eliam y madre de Salomón, como repetimos, para que abogase por aquél ante éste y, así, llegar a ser el sustituto de David en el trono, a pesar del designio de Yavé que instituyó a Salomón.

Adonías, astuto como fue, le pidió a Betsabé, como excusa, que abogase ante Salomón para que le diese por esposa a Abisag (significando «no conozco a mi padre» -mi padre es quizás שׇׁגֵח -léase «shagué»- o hija de un error מְשׁוּגַח -léase «mshugá»-, en definitiva, que no se sabe quién fue su padre), sunamita (de la región de Sunem), sirvienta de David, que calentaba su lecho en su ancianidad (1 Reyes 1:1-4) y, esto es lo que pasó (1 Reyes 2:19): «El rey se levantó a recibirla, se inclinó ante ella y se sentó en su trono; hizo colocar un trono para la madre del rey y ella se sentó a su diestra.».

Betsabé abogó (¿fue, acaso, Betsabé la primera Abogada/o de la Historia?) ante su hijo Salomón lo que Adonías le había pedido (autorizar su casamiento con la doncella de David), ante lo que Salomón, sumamente perspicaz donde los haya, respondió: «¿Por qué pides a Abisag sunamita para Adonías? Pide para él también el reino, pues es mi hermano mayor y con él están el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia… contra su vida ha hablado Adonías… que morirá hoy mismo… Salomón envió a Benaia, hijo de Joiada, quien arremetió contra Adonías y lo mató.» (1 Reyes 2:22-25).

¡Cuánta nobleza la de Betsabé, abogar por el rival de su hijo juez ante éste! Esto nos da una lección respecto de cómo, a quién y ante quién debemos defender los Abogados.

Veremos, pues, que, en ese juicio, el primero que se conoce de Salomón rey/juez, a la Abogada, su madre, la hace sentar a la diestra de su trono; la diestra, la derecha, en Hebreo se traduce como ימין (léase «yamín»), de aquí, el nombre de Benjamín, significando el «hijo de la derecha» o hijo preferido. Luego, vendría el famoso (segundo) juicio de Salomón, el de la madre y la prostituta para determinar de quién era el hijo.

Os dejamos con las maravillosas versiones de Jeff BUCKLEY y de Judy «blue eyes» COLLINS. ¡Aleluya!


No hay comentarios:

Publicar un comentario