UNA FINESTRA OBERTA AL MÓN

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(c) Gallel Abogados

domingo, 3 de agosto de 2025

... Y SOBRE CURRÍCULUMS

 DEL CURRICULUM VITAE DE LOS POLÍTICOS O «GOBERNADORES DE ÍNSULAS»

- Seguimos con nuestra quijotesta-panzista serie de enseñanzas, perdidas en el hoyo del tiempo o en la cueva de Montesinos, allá por al antigua Ruidera.

- Parece mentira que, a estas alturas, en el primer cuarto del siglo XXI se estén cayendo del guindo aquellos gobernadores de ínsulas políticas, de espacios de poder que van desde empresas públicas a la presidencia del Senado o de una Comunidad autónoma, Ayuntamiento o Diputación. Para muestra, os dejamos este enlace..

- Hemos de acudir nuevamente a la segunda parte del «Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha» en la que, cansado de tanta burla al cabo los siete días que duró su gobierno, así narra don Sancho PANZA,  en su capítulo LIII

«Y en tanto que estas razones iba diciendo, iba asimesmo enalbardando el asno, sin que nadie nada le dijese. Enalbardado, pues, el rucio, con gran pena y pesar subió sobre él, y encaminando sus palabras y razones al mayordomo, al secretario, al maestresala y a Pedro Recio el doctor, y a otros muchos que allí presentes estaban, dijo:

—Abrid camino, señores míos, y dejadme volver a mi antigua libertad: dejadme que vaya a buscar la vida pasada, para que me resucite de esta muerte presente. Yo no nací para ser gobernador ni para defender ínsulas ni ciudades de los enemigos que quisieren acometerlas. Mejor se me entiende a mí de arar y cavar, podar y ensarmentar las viñas, que de dar leyes ni de defender provincias ni reinos. Bien se está San Pedro en Roma: quiero decir que bien se está cada uno usando el oficio para que fue nacido. Mejor me está a mí una hoz en la mano que un cetro de gobernador, más quiero hartarme de gazpachos que estar sujeto a la miseria de un médico impertinente que me mate de hambre, y más quiero recostarme a la sombra de una encina en el verano y arroparme con un zamarro de dos pelos en el invierno, en mi libertad, que acostarme con la sujeción del gobierno entre sábanas de holanda y vestirme de martas cebollinas. Vuestras mercedes se queden con Dios y digan al duque mi señor que desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano; quiero decir que sin blanca entré en este gobierno y sin ella salgo, bien al revés de como suelen salir los gobernadores de otras ínsulas. Y apártense, déjenme ir, que me voy a bizmar, que creo que tengo brumadas todas las costillas, merced a los enemigos que esta noche se han paseado sobre mí.»

Y, continúa narrando Cide Hamete Benengeli el siguiente capítulo LIIII «Que trata de cosas tocantes a esta historia y no a otra alguna» en el que cuenta que Sancho Panza encuentra a su vecino Ricote, el morisco, tendero del lugar de Panza, el que le pregunta lo siguiente:

—¿Y qué has ganado en el gobierno? —preguntó Ricote.

He ganado —respondió Sancho— el haber conocido que no soy bueno para gobernar, si no es un hato de ganado, y que las riquezas que se ganan en los tales gobiernos son a costa de perder el descanso y el sueño, y aun el sustento, porque en las ínsulas deben de comer poco los gobernadores, especialmente si tienen médicos que miren por su salud.

—Yo no te entiendo, Sancho —dijo Ricote—, pero paréceme que todo lo que dices es disparate, que ¿quién te había de dar a ti ínsulas que gobernases? ¿Faltaban hombres en el mundo más hábiles para gobernadores que tú eres? Calla, Sancho, y vuelve en ti, y mira si quieres venir conmigo, como te he dicho, a ayudarme a sacar el tesoro que dejé escondido (que en verdad que es tanto, que se puede llamar tesoro), y te daré con que vivas, como te he dicho.

—Ya te he dicho, Ricote —replicó Sancho—, que no quiero: conténtate que por mí no serás descubierto, y prosigue en buena hora tu camino y déjame seguir el mío, que yo sé que lo bien ganado se pierde, y lo malo, ello y su dueño

¡Todo un ejemplo este ingenioso ingenuo Sancho!


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