UNE INTIME CONVICTION
(Dir.: Antoine RAIMBAULT -2018-)
- Estamos muy acostumbrados a ver películas sobre juicios que proceden de más allá del océano Atlántico, más a través de la pequeña pantalla que por la grande, donde los Abogados
forman parte de súper-mega-hiper-grandes y todopoderosos despachos, en los que (i) hasta la Secretaria más novel puede obtener datos personales de cualquier ser humano cuyo perfume sea olido intra o extra dicho despacho; (ii) en los que los Abogados, auténticos supermen, cuentan con unos medios humanos o técnicos increíbles, como sucede en la serie "Suits", escrita por Aaron KORSH para UNIVERSAL CABLE, en la que una persona que no ha estudiado la carrera de Derecho en ninguna universidad del Mundo, y mucho menos en la prestigiosa de Harvard, se sabe de memoria, no solo los textos legales americanos, sino la jurisprudencia de sus Tribunales, mientras conduce una bicicleta con su maletín colgado en bandolera cual bolsa de repartidor de objetos, o (iii) el principio "perro no come perro" es inobservado constantemente, litigándose justo de contraria manera.
- Pues, no, esta película no trata sobre supermen jurídicos, sino sobre la cruda realidad, basada en ella está su narración, de Abogados y clientes. Momentos a destacar son, por supuesto, (i) el gran alegato final del Abogado de la defensa Eric DUPOND-MORETTI (Olivier GOURMET) criticando los diez años de duración del proceso, durante los que el acusado se ha visto sometido a la llamada "pena de telediario", viéndose sometido a (ii) dos juicios, esto es, a un primero por el que fue absuelto por el Jurado y otro posterior, por la "aparición" de numerosas conversaciones grabaciones obrantes en el sumario, pero que habían sido, al parecer, extraviadas en el primer proceso y que una miembro que fue del primer Jurado, Nora (Marina FOÏS) había rescatado, provocando un innecesario segundo juicio; decimos innecesario, pues resulta incongruente que, tras una absolución, lo promueva y busque a un nuevo y distingo Abogado que defienda al acusado Jacques VIGUIER (Laurent LUCAS) de, presuntamente, haber asesinado a su esposa. Es la fe y convicción plena de Nora de la inocencia de Viguier la que le induce a dicha promoción.
- (iii) La precariedad de medios con la que contamos, en la mayoría de los casos, los Abogados en supuestos como el que ocupa la trama, en la que Nora entrega cientos de CD plenos de dichas grabaciones de conversaciones al Abogado Sr. Dupond-Moretti que deben escucharse y transcribirse "de hoy para mañana", ante lo que éste, reconociendo su total imposibilidad temporal, le requiere a Nora para que ella las escuche y transcriba (formalismo necesario para constituir prueba). Véase en la película o que sucede.
- (iv) Magistral es el momento en el que el Abogado defensor espeta al Ministerio Fiscal para que informe de pie. En España es un derecho, tanto para el Ministerio Público, como para los Letrados, informar sentados; en Francia, parece que es todo lo contrario.
- (v) Más magistral es aún, si cabe, el momento en el que, estando informando el Fiscal, el Letrado de la Defensa, saca su botella de agua de litro y medio, aquí las llevamos de 250 cl,, y se refresca el gaznate, cual cowboy en el “saloon” actes de empezar el tiroteo, preparándose para su alegato final.
- Nos hemos llevado una grata impresión de la película, al comprobar el "factor humano", tanto en cuanto al convencimiento que sigue al principio "la fe mueve montañas", como al del duro ejercicio de la profesión de Abogado. Merece la pena verla.
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