ANATOMIE D’UNE CHUTE
Dir.: Justine TRIET (2023)
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El argumento se centra en
la muerte de Samuel (Samuel THEIS), un escritor francés desde lo alto de su cabaña sita en lo
más alto de los Alpes, en torno a lo cual gira el thriller jurídico-procesal
para tratar de averiguar si ha sido un asesinato por su esposa Sandra (Sandra HÜLLER), también
escritora, pero alemana o un suicidio y, en un caso o en el otro, cuál ha sido
la causa.
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«Los juicios no van
sobre la verdad, no son verdad», alega uno de los personajes, señalando el
tema de la narración. Siempre se ha dicho que el Derecho busca la verdad
material (cuál fue la causa de la muerte de Samuel) para emitir la verdad
formal (Sentencia absolutoria o condenatoria).
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La trama gira en torno al
desarrollo de un juicio penal, oral, bajo el sistema procesal francés,
ciertamente parecido al americano, del que debemos destacar o sorprendernos de (i)
la contradicción de que los testigos pueden presenciar las sesiones del
juicio, -contaminándose, decimos- y, sin embargo, (ii) se pone
entremedias de la acusada y el testigo a una tercera persona para evitar que
ambos hablen del juicio; de otro lado, (iii) cabe la prueba sorpresa y (iv)
ésta, puede proponerse por el propio testigo que quiere declarar. Hasta
aquí, desde una perspectiva procesal española, supondría una contaminación del
proceso y podría quedar anulado, sin embargo, tal y como se expresa en la
película, es el nudo gordiano que resuelve la verdad, que hace dictar la
Sentencia, absolutoria o condenatoria.
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Curioso resulta observar la
actuación de Anne ROTGER en el papel de la jueza del proceso, soberbia y
totalmente creíble por ser responder a la realidad absoluta con la que nos
encontramos en nuestro quehacer diario. Maravillosa y cierta la cara que pone
cuando el testigo le manifiesta su versión de los hechos, que le hace cambiar
totalmente de criterio para dictar la Sentencia.
- También hay que destacar el papel del Fiscal (Antoine REINARTZ) y de los Abogados defensores (Swann ARLAUD y Saadia BENTAÏEB) que ven un «6» uno y un «9» otros, ante el mismo hecho; de igual modo ven los Peritos de las partes, solo uno creíble, si bien, dudable. También destacamos el papel del perito Psicólogo, siempre ambivalente viendo el «6» y el «9» a la vez, siempre relativo, nunca categórico y totalmente a la defensiva.
Parémonos, por un momento, en el personaje del hijo de la pareja, Daniel, invidente que, tocando el piano nos trae a la memoria a los arpistas ciegos, aquéllos a quienes los antiguos egipcios consideraban que debían tocar el arpa, pues la ceguera les incrementaba otros sentidos y, por ello, les daban a tocar dicho instrumento; en nuestro caso, como decimos, Daniel toca el piano. El personaje lo representa Milo MACHADO GRANER a quien recomendamos seguir atentamente desde el inicio hasta el fin de la película. Nada más decimos sobre él, hay que saborear su papel.
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Sinceramente. Hemos
disfrutado mucho durante los 150 minutos de duración de esta gran película, que gusta
a quienes amamos el cine europeo, el thriller y el Derecho. Vale la pena verla en versión original, donde la pluralidad idiomática europea fluye sin cesar, no solo por el desarrollo de la película, sino en el propio Juicio.
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Os dejamos con el trailer de la película.
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