¿CUÁL ES EL MODELO A SEGUIR?
- Muchas veces nos hemos puesto a pensar respecto de cómo debemos actuar profesionalmente para favorecer, de la mejor manera posible, a nuestros clientes. La empatía que debemos emplear para con aquella persona que ha confiado sus intereses económicos o personales, su libertad incluida, partiendo de la máxima justinianea en el Digesto.
- Muchos años han pasado desde que Justiniano escribió el Digesto hasta nuestros días, más concretamente, hasta las máximas de Calamadrei, para comprobar si siguen vigentes las mismas o si, por el contrario, están desfasadas hoy en día.
- Dos modelos bien distintos pretendemos exponeros: cronológicamente, aparece el modelo Marxista y, más adelante, más reciente, el Allenista.
- Comenzamos por el Marxista, de Marx, Mr. Groucho. En la película «Plumas de caballo» (Horse feathers) se desarrolla la escena en la que, cuando Harpo le rebaja al 10% la deuda que Groucho tenía con él, facilitándole la transacción, Groucho le responde: «I tell you. I'll consult my lawyer and if he advises me to do it, I'll get a new lawyer» («¡Ya veremos! Lo consultaré con mi abogado y si me aconseja que le pague, contrataré a otro abogado.»). ¿Qué tipo de abogado debemos ser para contentar al rácano Groucho? ¿Agresivo? ¿Pleiteador? ¿Picapleitos? ¿Tanto nos cuesta conciliar o transaccionar?
- Y, llegamos al modelo Allenista, el de Mr. Woody quien, en su película «Rifkin's festival» nos deja con la máxima del principio de defensa: no hablar si no es en presencia de nuestro Abogado. ¿Por qué? ¿Porque siempre que hablamos a nuestro antojo empeoramos nuestra situación?
- Por último, recordemos a William SHAKESPEARE en estos pasajes de su obra «King Lear» (El rey Lear):
KENT: "Eso no tiene sentido, Bufón."
BUFÓN: "Entonces, es como las palabras de un Abogado a quien no le han pagado sus honorarios. Nada me pagaste por ellas. ¿Puedes hacer algún uso de nada, tío?"
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