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domingo, 24 de febrero de 2019

¿DÓNDE EMPIEZA LA MEDIACIÓN?

¿DÓNDE TERMINA?



"Necesitamos aprender a escuchar lo que las personas sienten y necesitan, sea cual sea la forma en que se comuniquen".

Marshall ROSENBERG (1934-2015)


- Leo esta cita en cierta red social y me quedo absolutamente maravillado de lo que este Psicólogo estadounidense, promotor de la denominada "comunicación no violenta", llegó a manifestar certeramente en todas sus palabras y consideraciones implícitas y explícitas. Sea como fuere, tuvo toda la razón cuando lo dijo y escribió.
- Sin embargo, me causó una terrible desazón y preocupación cuando la leí. Entonces, me puse a recordar las palabras que la Directora de Modernización e Informática del Consejo General del Poder Judicial, Ana-María CARRASCOSA pronunció en el Colegio Notarial de Valencia el pasado día 13 de febrero, cuando analizaba el anteproyecto de Ley de Fomento de la Mediación, en el sentido de que, dentro de sus objetivos, se trataba de promocionar la Mediación desde la Escuela, desde la base de interrelación social, para lo que habría que destinar, evidentemente, recursos económicos, para que las personas, desde sus primeros momentos de raciocinio, en los que surgen sus primeros momentos de conflicto, pudiesen resolver éstos a través de la MEDIACIÓN; no de otro modo puede conseguirse, por más que se realicen múltiples actos de concienciación de los ciudadanos, de conferencias públicas y privadas, pues, si la sociedad no acostumbra a resolver sus conflictos desde el primer momento de nuestras vidas, por nimios que éstos sean, de forma pacífica y, en su caso, mediada, fútiles serán sus resultados.
- Aquí es donde empieza o, mejor dicho, donde debe empezar la Mediación, en la base, en la Escuela.
- Pero, ¿dónde termina?
- Reitero, vanos serán los intentos de iniciar la Mediación en la Escuela, pero, igualmente, vanos serán dichos intentos si, aún haciéndolo, nos encontramos ante unos MEDIOS DE COMUNICACIÓN que nos presentan a unos POLÍTICOS -no olvidemos que son quienes hacen las leyes- dándose mamporrazos verbales, y no tan verbales, los unos a los otros, si hacen, justo lo contrario a lo que Rosenberg decía, pues se niegan a aprender a escuchar lo que las personas, los ciudadanos y sus políticos rivales sienten y necesitan; directamente, se niegan rotundamente a hablar con "tirios" y con "troyanos" escondiéndose detrás de banderas, símbolos, masas enfervorizadas, pantallas de televisión o plasma en las que "venden su libro", su soliloquio, su monólogo cual "Club de la Comedia" al uso, excitando y enfervorizando a sus seguidores. ¿Dónde quedó escuchar al amigo, al enemigo, al rival, al que pasa por ahí? En efecto, los políticos, algunos, muchos, tienen los oídos sordos de tantas palabras necias que pronuncian ellos mismos en alta, elevada y amplificada voz, de tanto y tanto oírse a sí mismos.
- ¡Ya podemos hacer leyes que fomenten la Mediación que, si en éstas no ponemos "sordina a sus desvaríos" (Antonio MACHADO "Coplas a la muerte de don Guido"), a los desvaríos de (algunos, muchos) políticos, sus voceros y los Medios de Comunicación que amplifican sus voces y dicterios, difícilmente podrá florecer en la Escuela, ni la Mediación, ni el respeto al prójimo, ni una simple flor, ni nada que pueda apreciarse!
- La mediación termina con los (algunos, muchos) políticos, los "legisladores".
- Se aproximan múltiples elecciones en estos meses. Durante los siguientes cuatro años no nos volverán a escuchar, no nos dejarán votar. Es hora de reflexionar si queremos una sociedad que resuelva sus conflictos de forma pacífica o, por el contrario, a mamporrazos, con los oídos cerrados, negándonos a escuchar al prójimo. Es hora de desterrar, con nuestros votos, a los políticos intransigentes, a los que se niegan a escuchar a las personas, a los rivales, a quien pasa por aquí o por allá, a los políticos solipsistas y soliloquistas. ¡Ya es hora! 
Marc RIBOUD (1967)

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