EL MANCEBO AL CARGO DE LA BOTICA
- “El
médico, mozo y el boticario, cojo”. Con esta expresión vulgar venía a quererse establecer las características del Médico, ágil para acudir raudo a los
enfermos y las del Boticario, cojo, para no abandonar con facilidad la Botica,
ni la deje al cargo del mancebo.
- Este dicho castellano, era confirmado
por otro, en igual sentido: “El buen
boticario cuatro ´c´ ha de tener: ciencia, conciencia, capital y cojera”, ciencia,
para conocer su profesión; conciencia, para actuar siempre con honradez;
capital, para adquirir en abundancia los productos; y cojera, para no abandonar
o alejarse demasiado de la botica, dejándola en manos del mancebo.
- Estamos asistiendo a un relevo generacional
en los Partidos políticos de ámbito estatal, el último y más tardío de los
cuales, ha sido el del Partido Popular. Asistimos a una nueva oleada de políticos
que se han situado al frente de sus respectivos Partidos, ninguno de los cuales
votó la Constitución Española de 1978, a saber: Pedro SÁNCHEZ (nacido en febrero de 1972),
Pablo IGLESIAS (n. octubre de 1978), Albert RIVERA (n. noviembre de 1979), Pablo
CASADO (n. febrero de 1981), Alberto GARZÓN (n. octubre de 1985).
- Paulatinamente, han ido abandonando
la vanguardia de sus Partidos, aquéllos que sí que sufrieron para conseguir ganar
una Constitución, con todas sus virtudes e imperfecciones, para salir de la
nada, al algo, de una Dictadura, a una Democracia. El último de todos los Partidos
estatales que lo ha hecho, ha sido, como reiteramos, el Popular, tan pronto
como ha aplicado las reglas democráticas en su seno interno, bajo un sistema
muy parecido al de los soviets.
- Los boticarios, que tenían los anaqueles de su botica, abarrotados, llenos de botes repletos de ungüentos, esencias, hierbas, yerbajos, mejunjes y demás
polvos elaborados con la ejecución de fórmulas magistrales, aprendidas a base
de recetas propias o aprendidas de sus maestros boticarios, con el paso del
tiempo, se han visto superados por sus mancebos, quienes, descubriendo la
existencia de medicamentos elaborados en laboratorios de marca o, sencillamente,
los genéricos, habían afeado a aquéllos que, la causa de su ruina, no era otra
que la de la costosa elaboración de la fórmula magistral, por las horas que
llevaba la misma y los costos propios de la adquisición de los ingredientes puros en origen, mientras que
los medicamentos, genéricos o de marca, tan solo había que llamar por teléfono, enviar un e-mail o un whatsapp,
pagar su precio y, al instante, se disponía para la venta, sin costo o cargo
alguno para el boticario. Éste, boquiabierto, no tuvo más que ceder ante la
presión de la novedad y, consiguientemente, puso al mancebo al cargo de la
botica.
- Esta dinámica suele suceder en empresas
en crisis como último intento de tratar de evitar una muerte anunciada.
- Aquellos Políticos citados
precedentemente, post-constitucionales todos ellos, sin conocimiento práctico ni
emocional de conseguir, alcanzar y realizar una Constitución, de alcanzar Iwo Jima o tomar el Palacio de Invierno, ganar en Las Navas de Tolosa o perder en Almansa, sin conocimiento de cómo ejecutar una fórmula
magistral, se asieron a este “medicamento” de marca o genérico, como así consideran a la Constitución de 1978, como arma
arrojadiza, unos para denostarla, por considerar que no deben admitirse las “imperfecciones”,
y otros, para considerarla como una Religión, inmutable.
- Estos nuevos “mancebos” al cargo de
la “botica”, al cabo de algunos años han creído darse cuenta de que habían
inventado la “pólvora” (hace unos días, leí un twit de un político que decía, como algo novedoso y, no menos, ingenioso, que la Democracia, no consistía solo en votar, sino, también, en participar ¡caramba con el filósofo!), "pólvora" inventada como "medicamento", no de marca ni genérico, sino elaborada sin tener que pagar royalties, regalías y que, con
ésta, iban a reescribir la Ciencia, a redescubrir la Conciencia y a conseguir el
Capital necesario para relanzar la botica.
- ¿Y la cojera? ¿Qué hacemos con ella?
- ¿Y la cojera? ¿Qué hacemos con ella?
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