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viernes, 16 de marzo de 2018

MÚSICA Y DERECHO (VI)

DON'T SHOOT ME, I'M ONLY THE PIANO PLAYER


- La frase que titula esta entrada, la gritó un pianista cuando tocaba en un "saloon" del "Far West" americano, quizás podría haberlo hecho en la ciudad sin ley de Tulsa, quizás, más allá, por Tombstone, o por cualquiera otra ciudad sin ley.

- Su queja, advertencia, llamada o, simple grito de protesta, venía al caso, por la trifulca que se había organizo en el interior del saloon del poblado. Sillas por los aires, botellas que se rompen nada más contactar en la cabeza del cow boy que por allí pasaba, sibilantes balas volando descontroladas por los aires cuales salidas de "mascletades" falleras, disparadas por el certero pistolero SHANE (Alan LADD) contra el malvado Jack WILSON (Jack PALANCE).
- El pianista, cuyo mayor participación en la trifulca cantinera, siguiendo el principio "The show must go on", consistía en amenizar la estancia de los bebedores, de los jugadores, de los clientes de las cantineras, del dueño del local, e incluso de tratar de evitar con su música el propio conflicto violento, se veía denostado y amenazado por aquellas balas que impactaban y atravesaban su lustroso piano, o por el licor desparramado por esa botella rota que aterrizaba sobre las teclas de su piano produciendo desafinados maullidos o, sencillamente, cayéndole un paisano encima del teclado o encima del propio pianista, como mejor de las situaciones, pero, tratando, en cualquier caso, de evitar que le disparasen a él y, consecuentemente, le causasen su propia muerte o la de su medio de vida, su piano.
- "¡No me disparen! ¡Tan solo soy el pianista!" Gritaba sin levantar sus huesudos,  alargados y armónicos dedos de las teclas de marfil que formaban su arma de trabajo, la única de la que disponía, salvo la palabra gritada, su arma de defensa.
- Muchos años después, en 1973, Elton JOHN, editó un magnífico disco con este mismo título. Quizás, alguien estaría disparándole a este magnífico pianista, quien no nos dijo el porqué, no hay canción cuyas letras nos lo digan, pero, en definitiva, algún tipo de agresión, incomprensión a su trabajo, o conflicto, pudo haberle motivado tal grito.
- La revista "ROLLING STONE", escribió, al tiempo de su publicación (05.03.1973) lo siguiente:
"Happily, Don't Shoot Me I'm Only the Piano Player is as good, if not better than its predecessor. The heart of the album is a sequence of American movie fantasies whose chief aim is to delight. Though there is implicit social commentary in several songs, notably "Have Mercy on the Criminal" and "Texan Love Song," it is set forth as stereotypical movie fare, meant only to vary the emotive tension between episodes. In general, the most effective songs are the simplest excursions in fantasy-nostalgia..."
- Estamos asistiendo en estos tristes días, a dos nefastas situaciones, derivadas de un mismo y execrable suceso, el del asesinato de un niño en Almería, dividiendo nuevamente a esas dos Españas que nos hielan el corazón día sí y día también. De un lado, el bochornoso espectáculo que nos ofrece el "Legislador", esto es, los políticos (siempre lo escribiré con letra inicial minúscula), aquéllos que deben dictar las leyes que deben regular nuestra convivencia, quienes, sin razonamiento jurídico ni psicológico alguno se lanzan los consabidos dardos marca "y tú, más", lamentablemente, con un absoluto alarde de incompetencia, tanto los que promueven la denominada "prisión permanente revisable", eufemismo de la pena de cadena perpetua edulcorada, todos corriendo por engatusar al electorado, cual deshoje de margarita al uso "¿Me quiere? ¿No me quiere?". Lamentable.
- De otro lado, parte de ese mismo electorado al que pretenden engatusar con sus dicterios, quienes, ante el jaleo que promueven los "legisladores" y sus corifeos, saltan  la escena pública ávidos de alcanzar la primera yugular que se cruce frente a sus deseos de venganza, cuales fervientes seguidores de aquel Charles LYNCH que, a finales del siglo XVIII, durante la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos de América, lanzó a los vecinos a formar un vengativo "tribunal popular" pretendiendo castigar brutalmente a los denominados "lealistas", a quienes el Jurado había absuelto de las acusaciones por las que habían sido enjuiciados; por ello, como decimos, decidió lanzar a todo el pueblo al "acoso y derribo" de los lealistas, creando lo que se denominaría el "lynchamiento" popular.
- Entre tirios y troyanos, aparece en la escena pública la Abogada de la presunta asesina del niño, designada por el Turno de Oficio, la que actúa por vocación, por obligación y por designación del Colegio de Abogados, por cuyo trabajó percibirá poco más de 100€, cuando los pueda percibir. Su actuación es plenamente loable, digna de admiración, por las miles de horas que le llevará su trabajo, completamente altruista.
- Las denominadas "redes sociales", comenzaron, de inmediato la trifulca de "saloon" frente a la presunta asesina del repugnante asesinato, lanzando sus dardos, no solo contra ésta, sino, además, contra su Abogada turnante, contra la "pianista". 
- Sin Abogados, nadie podría defenderse ante cualquier Tribunal, fuere inocente o culpable, pues igual derecho tiene el uno como el otro. No merece, en modo alguno esta Abogada, ni nadie, el lynchamiento al que algunos la están sometiendo descarnizadamente, sin razón, ni sentido alguno.
- La legislación española regula, de un lado, la obligación de los poderes públicos de garantizar la defensa y la asistencia de Abogado (art. 546 de la Ley Orgánica del Poder Judicial) y, de otro, la norma fundamental, la denostada, por unos y por otros, Constitución Española de 1978 (art. 17.3) que garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias policiales y judiciales, sin olvidar su art. 24.2 que garantiza el derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a la presunción de inocencia de la que hacen gala los políticos cuando se les descubren sus fechorías.
- Hacemos nuestras las palabras del CONSEJO GENERAL DE LA ABOGACÍA ESPAÑOLA a este respecto: 
En un Estado de Derecho impera la justicia, no la venganza.Los abogados no defienden inocentes o culpables, defienden a personas investigadas o acusadas.El derecho de defensa es garantía de un juicio justo y solo con un juicio justo el castigo es legítimo.Los abogados ejercen la defensa con independencia de la condición del defendido, de sus actos y de las razones que le acompañen.El derecho de defensa es incuestionable, como obligado es el respeto a los profesionales que lo ejercen y a su independencia.Exigimos respeto al trabajo y la independencia de cuantos profesionales hacen posible el derecho de Defensa, especialmente al de los abogados y abogadas del Turno de Oficio.
- ¡NO NOS DISPARÉIS! ¡SOMOS LOS ABOGADOS!

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