Páginas

martes, 1 de septiembre de 2015

MEDIACIÓN A LA JAPONESA

REFLEXIONES COTIDIANAS

(c) Gallel Abogados


- La Mediación, en Japón se remonta, prácticamente, a la "noche de los tiempos" y, por los antecedentes documentados, al régimen del Shogun TOKUGAWA -s. XVII-. Actualmente recibe la denominación de "chotei" y su desarrollo viene a ser similar al que rige en España, a estos efectos, os facilitamos un enlace que lo desarrolla histórica y técnicamente. Pero, no constituye el objeto de la presente entrada, volver a decir lo que el precedente enlace, ni comentarlo o ampliarlo, ni siquiera lo que otras fuentes de información pudieran explicar al respecto.
- Japón, país de fuertes contrastes y frecuentes tópicos, donde coexiste la más ancestral tradición histórico-cultural con la presente materialización del futuro tal y como fue visto desde el pasado mediato.
- Partimos de que, culturalmente, el japonés no expresa nunca una negativa, la palabra "no", no se utiliza en su expresión oral, a pesar de que pueda decirse y leerse en su forma escrita "... でない [...denai]", utilizando, según el caso, la forma gesticular, cruzando en forma de aspas las palmas de las manos. 
- El japonés, cuando pretenda negar, tratará, en un primer momento, de ejemplificar aquella otra alternativa a la pretensión contraria, tratando de mostrarle a su interlocutor otro camino, vía o solución, cual él mismo haría en su lugar; por ejemplo, si una persona dice a la otra "Podríamos ir al cine a ver una película", el receptor de la frase, a quien no le gusta el cine, antes de decir que "no", expresaría algo parecido a lo siguiente: "para mí sería más divertido ir al teatro de kabuki, pues podríamos oír música al mismo tiempo que el teatro". Se trata de una actuación que, en técnicas de mediación, se denominaría el "parafraseo".
- El japonés, persona fría en su expresividad, a pesar de que muestran la sonrisa perenne en su faz, comprende o trata de comprender a su oyente en la situación adversa que a éste se le presenta y así, si éste sale a la calle y comprueba que está lloviendo, aquél, al observar que no lleva paraguas, raudo y veloz, tratará de adelantarse al otro en su pensamiento y necesidad de protegerse de la lluvia, buscará un paraguas y se lo ofrecerá de inmediato, aunque tenga que mojarse el oferente. En definitiva, se tratará de empatizar con su interlocutor, tratando de ocupar su mismo puesto y así, resolver el problema o evitarlo.
- El vendedor permitirá al comprador que éste examine previamente la mercancía objeto de la venta y luego, éste se la entregará a aquél para que, una vez finalizado el examen, el vendedor le pregunte, con una leve inclinación de la cabeza, si está conforme con el producto de la compraventa y cuando el comprador le manifieste que sí, le pasará la factura, en bandeja sostenida con los dedos de ambas manos, en señal de ofrecimiento -igual que si se tratase de la comida-; el comprador cogerá aquélla y la sustituirá por los billetes y monedas que paguen el precio; el vendedor, volverá a preguntar, con la misma reverencia, si ha concluido de dejar dinero y, cuando el comprador afirme, aquél lo cogerá reverencialmente también, comenzando, entonces, a empaquetar el producto adquirido y, concluida esta operación, entregará el objeto vendido, en la misma bandeja, al comprador, tras lo cual, se saludarán reverencialmente ambos en prueba de asentimiento mutuo. El respeto a la decisión de la otra persona., sin presión que pueda desviar su verdadera intención final, llevan a alcanzar el acuerdo, en este caso, la consumación del contrato, mediante su firma simbólica.
- Dejando de un lado el egoísmo propio de nuestras actitudes, las posiciones inmediatas y, pensando en el interés, tanto el nuestro, como el de nuestro prójimo, son los que permiten alcanzar el pacto o acuerdo mediado, conocer y entender que, fuera de nosotros mismos, también existe alguien con el que, si alcanzamos un acuerdo pacífico, ambos podrán entender y continuar de forma plácida para ambos, de lo cual, pueden obtenerse más beneficios recíprocos que perjuicios..
- Toda este dinámica y muchas situaciones más que, de esta manera, tienen lugar en la vida diaria del pueblo japonés, hacen ver, fundamentalmente, algunas de las esencias de la Mediación, la empatía hacia el prójimo, hacia el próximo, lo cual, va unido al respeto mutuo, al mutuo consenso, al respeto al tiempo de pensamiento en decidir y en resolver, al aquietamiento, a la complacencia, al respeto a la norma y a tradición, cuyo quebrantamiento, normalmente les exalta mucho. Valores, todos éstos, que, alguien podría entender en un mundo occidental, como de "servilistas", nada más lejos de la realidad, pues, se trata de valores olvidados y que, precisamente, los hacemos aflorar en el campo de la Mediación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario